Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://junaiddjij781267.bloginwi.com/72141368/el-mundo-se-paralizó-por-el-cabezazo-de-zidane