Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://lucyjfvx198038.bcbloggers.com/37479528/el-cabezazo-de-zidane-causas-ocultas